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Con o sin recursos, los inmigrantes venezolanos se multiplican en España
fuente: elnuevoherald.com
autor: Diego URDANETA/AFP
MADRID
“Renuncié a mi trabajo, vendí las pocas cosas que tenía y me lancé para España”. A sus 49 años, Sarahy Ampueda escapó de la crisis en Venezuela para instalarse en el país europeo, donde se registra una fuerte escalada de inmigrantes venezolanos.
“La inseguridad… empezó a faltar el alimento, yo vivía sola y me vi afectada. Todo eso me fue despertando y a mi edad tuve que tomar el riesgo y decidir empezar de cero”, relata a la AFP Ampueda, llegada a la capital española en noviembre de 2015.
Empleada de una tienda en Caracas por 16 años, dice haberse gastado casi todo su finiquito en el pasaje a Madrid, adonde llegó con una maleta. Vive de sus modestos ahorros mientras espera un trabajo fijo, que le permita ayudar a sus cuatro hermanos y ocho sobrinos en Venezuela.
Además, opositora al gobierno de Nicolás Maduro, colabora con una de las organizaciones que recolecta medicinas en España para enviar a Venezuela, donde denuncian una “crisis humanitaria”.
Ampueda integra la oleada de venezolanos que ha dejado su país en los últimos años.
Muchos de ellos opositores, explican huir el empeoramiento de la crisis económica, con escasez de alimentos y medicinas e inflación galopante, y la alta criminalidad. Las cifras sugieren que España es un destino predilecto.
Durante 2015, 19,663 inmigrantes llegaron a España desde Venezuela, un salto del 53% con respecto al año anterior, según las últimas cifras del español Instituto Nacional de Estadística.
En 2014 fueron 12.842 entradas, un 66% más que un año antes.
De hecho, Venezuela ha pasado a ser el país latinoamericano que más migrantes aporta a España anualmente, sobre Colombia, Ecuador o Perú. Para el 1 de enero de 2016 vivían en España 173.810 personas nacidas en Venezuela.
Los casos se suceden uno tras otro.
Silvia Velásquez aterrizó hace poco más de un mes en el aeropuerto de Madrid. Con 27 años, no quería dejar su casa en el estado venezolano de Anzoátegui, pero su hermano la convenció de venir a vivir con él en España.
“Mi papá con la edad que tiene no le van a dar trabajo aquí, entonces la idea es que nosotros mantengamos” a nuestros padres, señala Velásquez, que planea terminar la carrera de Arquitectura y trabajar.
Velásquez llegó con sus papeles en regla. Pero otros de sus compatriotas se aventuran sin tener asegurados ni los documentos de residencia ni el sustento, explica Alberto Pérez Levy, presidente de la Asociación Civil Venezolanos en España, testigo del cambio de perfil del inmigrante.
Hasta hace unos años, los venezolanos que llegaban tenían también nacionalidad española o sus papeles migratorios en regla. Solían ser de clases más adineradas, con medios para facilitar la adaptación, señala.
Pero ahora muchos “no tienen empleo, papeles, trabajo, algunos no tienen vivienda, hay situaciones difíciles de personas que no tienen lo básico para vivir”, señala Pérez Levy.
La asociación que dirige este activista, también representante del opositor partido Voluntad Popular del líder preso Leopoldo López, ayuda a los venezolanos desde que se fundó en 2013.
Es una de las muy activas organizaciones de venezolanos en España, principalmente opositoras. Varias promovieron el pasado 4 de septiembre una nutrida marcha por Madrid a favor del referendo para revocar el mandato a Maduro.
Yuleisy Velásquez, de 22 años, llegó el día de Navidad de 2015 y ahora se encuentra en el proceso de legalizar su situación. Por ello no pudo viajar a Venezuela cuando se murió su abuela hace unos meses.
Aunque extraña mucho a sus padres y su hermano de 12 años, hasta ahora se ha sentido bien por las similitudes culturales y el idioma. “No me iba a ir a Estados Unidos porque no sé hablar inglés”, señala la joven.
El idioma y factores como el costo de vida más asequible o contar con sanidad pública atraen a los venezolanos a España, indica Alexandre Rangel, de la empresa SíEspaña, que presta servicios a unas 15 familias al mes para establecerse en el país europeo.
Pero aunque se vayan adaptando, muchos esperan poder retornar.
“Ese es mi país, volvería, pero sé que falta mucho tiempo, la recuperación no va a ser fácil”, concluye Ampueda.