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España, ¿la nueva frontera de las empresas mexicanas?

fuente: forbes.com.mx (Forbes México)

Para los empresarios mexicanos, España es puerto de desembarque y acceso al mayor mercado del mundo, la Unión Europea, con cerca de 500 millones de consumidores y una renta per cápita cercana a 30,000 dólares anuales.

Un sector que va en línea con esa tendencia es el inmobiliario. “Los inversores se han adelantado a la recuperación total de la economía española”, dice Alexandre Rangel, director general de SIEspaña, una consultora de inversiones.

Experto en cazar negocios en aprietos, el multimillonario Carlos Slim ha capitalizado el momento. Hace tres años destinó 428 mde a la compra de 439 oficinas de La Caixa y se convirtió con ello en socio estratégico del banco español.

El sector inmobiliario español recibe capital a “chorros” procedente de América, dice la consultora PwC. El principal atractivo de los inmuebles son los precios, mucho menores que los que se pueden encontrar en ciudades francesas, alemanas e inglesas, dice Rangel, del SIEspaña.

La otra razón es el cálculo de que la recuperación española llegará mucho más pronto que en Portugal, Italia y Grecia. El sentimiento del inversor hacia España ha dado un giro extraordinariamente positivo, añade el informe de PwC. “El país ha pasado de ser la oveja negra a convertirse en uno de los mercados estrella”

Slim no se conforma con comprar edificios. En marzo pasado su empresa Grupo Carso compró en 45 mde una cuarta parte de Realia, una firma en la que la constructora local FCC controla el 36% de las acciones. “El inversor inmobiliario no sólo compra porque ha caído mucho el precio, sino también porque sabe que se va a recuperar, esa es su apuesta”, recalca Rangel, de SIEspaña. “El ladrillo puede ser un espejo de la economía española”, dice Fuster, de cbre.

Slim tampoco limita sus compras a un sector. Hace cuatro años compró menos de 1% de las acciones de la Caixa, que controla 12% de la petrolera Repsol y 5% de los títulos de Telefónica, el principal competidor en México de la principal empresa de Slim, América Móvil. Luego en 2012 compró el equipo de futbol de segunda división, Real Oviedo, en 2 mde y aprovechó una ampliación de capital que tuvo que hacer FCC por sus cuantiosas pér-didas para hacerse de 26% de los títulos, y se colocó como el mayor accionista de la constructora.

Viejos conocidos

La internacionalización de las empresas mexicanas no es nueva, afirma Villa, de KPMG. Desde hace más de tres décadas comenzaron su expansión en EU y el resto de América Latina, que por cercanía resultaban fáciles de explorar. El año pasado apareció como el segundo país en la región que más invierte en el extranjero, con 7,610 mdd, sólo después de Chile, que invirtió fuera casi 40% más que México.

Los empresarios mexicanos están ante la oportunidad para destacar como inversores a escala mundial, pues muchas firmas tienen estrategias definidas de expansión hacia otras partes del mundo y a personas con mentes globalizadas en sus filas, según Villa.

España, sin embargo, está en camino de la recuperación, y el éxito de las transacciones aztecas en tierras ibéricas no está garantizado.

La afinidad del idioma ofrece una gran ventaja y facilita las cosas, pero luego viene el reto interno de gestionar la compra y hacerla rentable. Cuando una firma hace una adquisición en otro país, el reto principal es la unificación de los dos negocios, señala Villa. “El 66% de las compras que se realizan en el mundo fracasa por una mala integración”, agrega.
El otro reto es externo y escapa al control de la administración: el com-portamiento de la economía. Si bien el pib español comenzó a repuntar, nada está escrito todavía. La tasa de desocupación española es de 23%, la segunda más alta en toda Europa, sólo después de Grecia, en donde alcanza 25%, reporta Eurostat. “Abatir el desempleo es uno de los mayores retos de la economía”, coincide Cardoso, de BBVA Research.

Según previsiones, entre 2014 y 2016 se crearán 1.5 millones de empleos en España, pero aun cuando así suceda, se habrán recuperado sólo entre 40 y 50% de empleos que se destruyeron. “Habrá una gran cantidad de personas que no percibirán el proceso de recuperación”, asegura el experto de BBVA.

La ola mexicana no se detiene y llega a sectores poco explorados.

En este rubro, destaca la inversión el año pasado de 100 mde del empresario mexiquense Roberto Alcántara, presidente del grupo de transporte IAMSA, para hacerse de 9.3% de las acciones de Grupo Prisa y convertirse en el accionista mayoritario. Slim también es accionista en Prisa, con 2% de las acciones.

“Al paso que vamos, las empresas mexicanas podrían brillar en el mercado internacional más que nunca, concluye Villa. “Quieren comerse al mundo”.

Por ahora, la que está a su alcance es España.

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